jueves, diciembre 23, 2004

Navidad

Navidad no es consumo, gorritos ni marisco congelado. No es cordero, champán ni un mensaje real. No es comida, corbatas ni triangulitos del Corte Inglés.
Navidad es esperanza, esperanza para el que sufre, para el oprimido. Es esperanza para aquel que sueña con una vida mejor, aquel que abandona su hogar, su familia, su país para venderse al mismísimo diablo que le engaña con falsos paraisos.
Navidad es paz, paz para los pueblos oprimidos por el fantasma de la guerra y del dinero. Es paz para Irak, para Palestina, para Costa de Marfil... porque viven en sus carnes el miedo a salir de casa, el miedo de que los niños jueguen en el parque.... Es paz para Israel, para Estados Unidos, para aquellos que engañan imponiendo su paz con sangre y fuego.
Navidad es alegría, alegría para al abrumado por la tristeza. Alegría para la abuela que vive en una residencia, visitada los festivos y fiestas de guardar. Alegría para el que vive sin techo por las calles de Madrid, y alguien se sienta a su lado, simplemente a conversar.
Navidad es justicia, justicia y solidaridad. Justicia para los hambrientos de Sudán, justicia para las mujeres maltradas, justicias para el que quiere saber la verdad de su pasado en Chile, para el que exige su derecho a decidir su futuro en Chiapas.
Navidad es compasión. Un hombro donde llorar a los seres queridos, asesinados en Atocha o en las Torres Gemelas. Donde llorar a los seres queridos que no mueren de forma tan espectacular, sino por malnutrición o por beberse el agua del río que recoge sus necesidades.
Navidad es resistencia. Resistencia del que cada día muere en el campo del trabajo y de la lucha. Resistencia para el que no quiere rendirse ante la globalización del todo vale. Resistencia para el que quiere decidir su futuro, como vivir y como morir.
Navidad es fuerza. Fuerza para seguir luchando por cambiar el mundo, fuerza para no desanimarnos. Fuerza para continúar pese a los obstáculos. Fuerza para unir fuerzas, fuerzas de todos los lados, del norte y del sur, creyentes y ateas, políticas y sociales.. fuerzas para combatir el hambre, la guerra, la injusticia, la mentira, la hipocresía, el negocio, la muerte.... fuerza para nunca dejar de pensar que merecemos un mundo mejor, un mundo más libre, más justo, más fraterno... un mundo mejor.
Feliz Navidad

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