domingo, junio 07, 2009

Con cierto retraso

Soy humano, o eso creo. Sentimiento no falta, aferrado corazón. Hablo, callo, escucho. Escondo amor en camas a ras de suelo. Guardo secretos sin sacrificio.
Disfruto de canciones y de miradas. Me conmuevo, lloro, me alegro, sonrío... hablo de aquello que conozco, también de lo desconocido, a veces del tiempo.
Pasé por otras manos, pero nunca tan lindas. Imperfección soy, en intentos de ideales ficticios. Me asusta perder mi rumbo, vibro con historias ajenas.
Comparto el día a día, lo malo y lo menos malo. También lo bueno. Sueño y vivo. Con el corazón en el suelo y el alma en el cielo. Enloquezco, pero no estoy loco.
Gusto de calles desiertas, océanos en las calles, de hierba mojada. Presumo de carnet de ciudadano del mundo. Dejo de llorar, pero para ello alguna vez debemos arrancar lágrimas. Miro al futuro. Sólo el pasado está escrito.
Me llamo amigo, me llamo compañero, me llamo caricia.
Me llamo mano aferrada a la cintura. Lazo eterno.
Me llamo vida compartida entre segundos de pasión eterna.

Y así, descubrimos, que nos conocíamos mucho antes de habernos visto.

Firmado. Republicano traído (con retraso) por sus majestades.

miércoles, junio 03, 2009

Vos

Mi inspiración, mi sonrisa, mi mundo. El porqué de la espera, el paño de lágrimas. 
El camino, la mano en el camino, la compañía. Estandarte de revoluciones grandes y chicas.
Mi hoy, mi mañana, también pasado. Mi muerte y mi vida. Mi esperanza. 
Sonido y silencio, acorde de cualquier canción desentonada.

Confidente de noches, caricia infinita, oasis privado. 
Copiloto, aventurera, exploradora. Paseante, amiga, catadora de helados.
Psicóloga privada, maestra y amante. Técnica en duchas semifrías.
Agente de viajes eternos, de esos de los que nunca acabas de volver.

Mirada infinita, pasión concentrada, amor eterno... vos en los segundos de mi vida

martes, junio 02, 2009

Felicidad Eterna

Decían los viejos que los oasis habían muerto en la inmensidad de las torres eléctricas, y nos lo creímos antes de soñar con un mundo perdido entre caminos de piedra libertina.
Historias de revolución entre sábanas blancas, como la piel antes de dejarse arañar por el sol atento a los días lindos. 

Y sonrisa, aliñada con lágrimas alegres por tiempos oscuros. 
Y pasión, con marcas temporeras en cuerpos imperfectos de sinceridad intensa.
Y acordes, acompañando la melodía de "vaivénes" eternos
Y ensalada, y aderezo cálido con caricia concentrada.

Y tal vez los viejos se equivocaron pues existe, allá oculto, el lugar donde fuimos lo que un día seremos, monumento a la revolución y a agitados despertares, patio de juego, "ring" de combate, cultivo de almohada... felicidad eterna.