Y en estas noches llegas, tal vez rancia, pero llegas.
En polillas invasoras y en noches cedidas,
en caricias rotas y cansancios acumulados,
en saliva gastada y lágrimas nuevas.
Y así, llegas.
Entre papeles y pasos al frente,
entre picadas y licor en el recuerdo,
en miedo al ladrón y ánimo suspendido.
Y así, en el calor, llegas.
Inspiración marchita de dedos lentos.
Amor concentrado y abrazo silencioso.
Melancolía insana y miedo cobarde.
Salto al vacío, vértigo malvado.
De su mano no temo, noche perversa.