Noches de República

En las noches de republica, las flores, renunciaron al arrastre de baldosa, que acaecido con fin de la fina causa, levantó resquemor a la vieja banda de viejo mambo en los viejos antros de viejas costumbres.

En el labio roto, reconquista se escuchó alto en trinchera, mientras revoluciones marchitas se liquidaron con palabras manirrotas y boca firme. El segundo fue un milenio en los ojos clavados de las cuatro y veinte, replicando un "no repitamos" entre roce de nariz y ojo lindo.

Y en el azul con boca grande e infante la mente, se hundieron los odios y el hacha de guerra en la noche de republica en que las flores, volvieron a preferir ser arrancadas que adornar esquinas de deshecho infinito, de estoy y no vuelvo, de baile maldito.

Miedo y Humo

Y puesto que desean mentes turbias arrogantes,
desviar los raíles de mis vidas,
me trasloco como perro trashumante,
con opcion y vocación harto tardía.

No influyen a mis noches los artistas,
ni tampoco los pastores sin bozal,
no convencen a mis manos las palabras,
ni la arenga ante un foro de horfandad.

Cabizbaja se marchaba la esperanza,
mal violada por mentiras a granel,
días grises donde nunca hay salida,
mal de vida en los días del poder.

Venden humo, venden odio, venden miedo.
Sólo os salva mis excesos de moral.
No sois vos quien ordeñará mi alma,
en los días que tendremos que olvidar.

Altas horas

Arquetipo argonauta palitroque,
transgiversa teorías premarcadas.
Ignorancia en el idioma, nadie entiende,
Lo que esconden garabatos e interfectos.

Altas horas desenfoque, harto espino.
Quien comprenda que levante la testera.
Pues vil burla puede ser fresca ignorancia,
de incompleto coco lleno de improperio.

Quien se una que abandone las manillas,
de relojes detenidos a altas horas.
Todo es caos, todo es lío, la entropía,
que enamora a las noches con demora.

Al caer en el paso peatones, carcajadas arrancaron alma y vilo.
Al volver al hogar, falso designio, los papeles perdidos aparezcan.

No es honrado el robar verbos ajenos, con el fin alevósico del sexo.
Ojalá funcione el simple verso, al robar cuatro cariños y un suspiro.

Canción triste sobre hogares olvidados, besos frescos de hermandad bien repartida,
vil mordisco, copa en alto, santa huída. Oso ciego en reinados de contento.

Roto acorde, gran concierto, saltimbanqui. Y mañana yo te llamo, no lo olvides.
Cuello tenso, pecho en alto, labio fino. Y si no, que la noche nos convide.

Pequeño

Y que muera la vida, que no renazca. Y que las palabras dejen de amargar alma y mente, ojo y oído necio. Y que el mundo se una al mundanismo. Y que las manos arruguen almas en vilo y contrapelo.

Estómagos apolillados volaron lejos, tras los últimos destellos de luna en la mañana. Inocencia sesgada por cinco monedas rosas. Tripas rotas, curvas sinuosas.

El músico quedó sordo, manco el trilero, cansado el explorador, quedo cobarde el buscador de aventursas, llorando se vió al tirano, egoísta el santo, tembloroso el cirujano, mudo el poeta...