lunes, agosto 28, 2006

Vacío

El vacío es la tristeza anidada en el alma, en el corazón y en espíritu; es la añoranza del allá desde el acá, la lágrima fácil y la desesperanza embotellada en amores ajenos y en búsquedas sin respuesta.

Y aquí los novios se rechazan, los amores se disipan, los libros nos aprietan, la demagogia nos atrapa, la comida se elige, la madres viven, las noches se disfrutan, las niñas juegan...

Y allá los novios se esconden, los amores caminan por los caminos, los libros son tesoros, la demagogia no existe, la comida se consigue, las madres trabajan, las noches se pasan y las niñas cuidan de su hermanito de mitad de edad.

Y entonces, intento atravesar el cristal que nos separa, intento acariciar su pelo por la pantalla, intento abrir los ojos y estar allá... mas es inútil... mas ya no sirve... mas creo que olvidé el corazón allá, al doblar la esquina, a la derecha...

martes, agosto 15, 2006

Cambiado

He cambiado. La bestia del Sur lo ha conseguido. En la noche me ha invadido con sonrisas y canciones, removiendo cada rincón de mis entrañas. Me ha ablandado el alma y endurecido el corazón... ahora soy peor, más malo...
Peor hermano, peor amigo, peor hijo... peor ciudadano, intolerante desencajado de callejones húmedos...
Me queman las retinas amargadas de vida y de silencio. La injusticia se clava en el tímpano como la esperanza se aferra al paladar de las locuras. Las manos se tiñen de negro y rojo, de fuerza y lucha, de amor en bruto...
Así que huyo, no me esperes levantada. Es posible que tarde en irse el mal de hastío. Resignado caminaré en superficie, me adaptaré al asfaltado, volaré entre letras sinsentido.
Tal vez me encuentre en una esquina, tal vez mañana sea mejor, tal vez encaje, tal vez me olvide... pero mientras, la acidez se me escapa por los poros y las lágrimas me visitan cada noche.

viernes, agosto 11, 2006

Todo es diferente

Acá todo es diferente, y por ello mi pieza está más torcida (si cabe) que antaño. El vacío me lanza al sinsentido de vivir como el nenúfar que flota en la superficie. Acá los baobabs son de hierro y PVC, los carros tienen cuatro ruedas y las sonrisas se esconden.
A la sombra del mango seguirán viendo el tiempo escaparse entre los cubos de plástico. La laterita se aferró a las botas y atrapó cada resquicio de mi alma. Estoy maniatado, atrapado, amordazado. La nada me poseé ahora que reconozco mi apellido desencajado. Despedirme y volver, lágrimas secas escondidas en los shukalas...
Allá cada día es un triunfo. La felicidad rebosa en los pupitres y en el fútbol sin balón, en los campos y en la fiesta del mercado, en el baile fácil y el fervor de la celebración... ir a África es volver... a casa, al yo, al tú, al nosotros...

jueves, agosto 10, 2006

Lamusha

Lamusha ya es mujer, tiene diez años. Lamusha es África, es niña. Le duele el codo, el otro día se tropezó cuando iba a buscar agua al pozo de la escuela. Balbucea, no sabe hablar francés, pero no lo necesita... las palabras se caen de los ojos, de las lágrimas y de las medias sonrisas...
Lamusha conquista el rincón más sucio de mi alma, lo perfila y lo unta de laterita... no se despega... me clava cada milímetro de su sonrisa... me roza la mano... entonces comprendo que allá todo va más lento, y las caricias son infinitas...