Pero no hay más amor que el que en verdad duele.
No es silencio lo que escuchas, sólo lamentos
de corazones inertes en tu ausencia.
Y no son lágrimas que surgen
como brotes de lástima en la noche
Es sentimiento concentrado en carne viva
desbordándose hacia un mundo que envilece.
Yo me entrego desde hoy en tripa y sueño
a vivir este camino en compañía,
a arrancar versos al sol a contrapelo,
y a la luna inundarla de alegría.