martes, abril 26, 2005

Aún nos quedan noches

No te creas que sólo eres unos labios para besar a media noche reflejados en el fondo de mis ojos. No te pienses que al tocarme me emociono como si fueras la protagonista de mi sueño eróticos de las noches de verano. No me creas tan valiente como para dejar mi corazón aparcado a la orilla de la fuente mientras follamos a escondidas en los bancos de atrás.
Aún no he conseguido dejar todo mi equipaje en el maletero del taxi. Aún camino con los bolsos cargads de recuerdos convertidos en papel mojado por la lluvia de una triste primavera. Todavía lloro al escuchar al Isma cantar a sus amigos de la rutina mientras la luna me lanza un guiño, cómplice de mil trastadas para impedir que el sol salga todos los días.
Por ello no te pienses que lo reduzco a una compra de saldo, a las rebajas de primavera, al autoservicio oscuro que abre 24 horas y cierra 3 para descansar.. Aún queda algo por rascar en las paredes de mi corazón amargo... Aún nos quedan horas para soñar nuestra huida del mundo a Filadelfia... Aún nos quedan noches para enamorarnos y mañana para volver a nuestras vidas.

Abre y Cambia

La tapa de las pilas del mando a distancia está pegada con papel adhesivo. Nunca volverá a encajar como antes, después de que mi hermano la dejara caer una tarde de domingo al suelo.
A veces se me ocurre dejarme caer en el suelo, para levantar la tapa de las pilas y así cambiar un poco mi vida, mi muerte y mi ser. Ser menos yo para ser más el otro. Ser más libro, más estudiante, más ejecutivo con casita con jardín y perro. Ser menos yo, menos egoísta, menos ideal.
Se me ocurre lanzarme contra el suelo y urgar en el fondo de mi mismo, sacar, cortar, rajar, pegar, soldar, cambiar...
Pero no todo es tan sencillo, algo me hace dudar, no lanzarme y quedarme sentado en el sofá viendo caras largas y lágrimas de plastilina... no encuentro la cinta adhesiva para volver a pegarme y seguir viviendo.

lunes, abril 25, 2005

Ahora

Ahora ya es tarde para echarme atrás. He alquilado mi vida por cuatro monedas en forma de euro gris y no quiero, que me controle mi propia mala suerte. Ahora que no tengo a quien no me planteo ni tener, que me falta el empujón para avanzar, y esa mirada que me hacía ser mejor.
Ahora, no queda otra solución que echar a andar, a pesar del chucho que no deja de mordisquearme el talón izquierdo, no queda otro remedio que mirar arriba y soportar la mirada del sol, hasta que la luna llegue a despertarme.

domingo, abril 24, 2005

de II a XVI

Ahorita que ya ha pasado tiempo, que las lágrimas de emoción y tristeza ya se han evaporado, me permito escribir unas palabras sobre lo acontecido estos días en una pequeña ciudad llamada Vaticano.
Resulta pues que se murió el que allá mandaba, que decían que era también el jefe de todos los católicos, de toda la Iglesia, aunque sinceramente siempre me pareció, que era el gobernante de una auténtica anarquía. Pues digamos se murió, y resulta que el hombre aquel había actuado contrariamente a las lineas de actuación que se reflejaban en el segundo acuerdo que llevaba el nombre de su ciudad, Concilio Vaticano II. Pues vaya pues con la prensa y la telecomunicación, pues aunque el hombre hizo lo que le dio la real gana, todo el mundo lo amaba y coreaba su nombre.
Resultó pues la hora de buscar un sucesor, y vaya con que tenían que elegirlo aquellos que aquel hombre había elegido tiempo atrás. La magia y la esperanza se abalanzó para el pueblo, creían que el nuevo gobernante iba a ser algo más flexible y más luz que el anterior, aunque para ello no debía hacer grandes cosas. Desgraciadamente toda esperanza fue inútil ya que el sucesor fue, más rígido y egoísta si cabe que el anterior, menos luz y más tiniebla para el pueblo de la Iglesia.
Desánimo venció a esperanza. Pero a pesar de todo, las voces siguieron elevándose. Aquel Casaldáliga a quien habían amonestado por opinar, volvió a gritar que aunque unos se estanquen, otros han de avanzar. Otros decían que la paloma que es el espíritu de Dios, sólo volaba con el ala derecha, por lo que no hacía más que dar vueltas y más vueltas. Otros, quisieron incluso rebelarse, lanzarse en armas, o abandonar aquella ciudad.
Y siguieron gritando y luchando, aferrados a su fe y a sus ganas de construir otro mundo. Y a pesar de que su jefe es tiniebla, ellos seguirán iluminando con sus vidas a los demás

martes, abril 12, 2005

Pensamientos a la luz de las estrellas

Siempre pensé que los corazones son alérgicos a las noches de verano a la orilla del mar, pero con el tiempo he aprendido que la arena sólo es un escenario más para el séptimo acto de una comedia en la que son muchos los protagonistas y uno sólo el actor secundario. La falta de luz siempre me ha sentado bien, me he sentido cómodo, y un olor a tierra mojada se mete por mis dedos hasta convertirse en un escalofrío en medio de mi espalda.
Alguna de estas noches conseguiré echarme a rodar por tu cuello, columpiándome en los rizos de tu frente. Mezclaré mis lágrimas con tu saliva, para crear una esencia capaz de bajarme del roble mayor de mi colina. Sonreiré mientras mi estrella me guiña un ojo deseándome buena suerte en mi aventura.
Volaré hasta tu ventana para verte dormir, rozaré mi mejilla con la tuya para nunca más separarme de ti y volveremos juntos a mi cama, rezando para que el sol no nos consiga despertar.

jueves, abril 07, 2005

Vámonos

Vámonos al hotel del que habla Quique, no llega el presupuesto para el Calilfornia. Aférrate a mi mano y echémos a correr, antes que vuelvan los fantasmas que nos ahogan camino al autobús. Aún nos quedan cuatro horas para repasar las líneas de nuestros tatuajes de la infancia.
Atémos nuestras muñecas a las patas de los gorriones, para que nos lleven allí donde sale el sol en nuestras noches. Olvídate de papeles y burocracias, al menos por esta noche, nada de miedo ni de vuelta atrás supersticiosa, solo nuestras historias en un único corazón cansado por mil noches de agonía bajo las estrellas. Sólo esta noche.
Tal vez mañana nos separen rejas de barreras y caminos, enganchadas por tornillos de moral y rosca fina, pero algún día podrás dormir en el Hotel California, sin miedo a olvidarte del pasado, mientras yo lloraré en silencio, recordando aquellas tardes en la ciudad de Filadelfia.

Vámonos

Vámonos al hotel del que habla Quique, no llega el presupuesto para el Calilfornia. Aférrate a mi mano y echémos a correr, antes que vuelvan los fantasmas que nos ahogan camino al autobús. Aún nos quedan cuatro horas para repasar las líneas de nuestros tatuajes de la infancia. Atémos nuestras muñecas a las patas de los gorriones, para que nos lleven allí donde sale el sol en nuestras noches. Olvídate de papeles y burocracias, al menos por esta noche, nada de miedo ni de vuelta atrás supersticiosa, solo nuestras historias en un único corazón cansado por mil noches de agonía bajo las estrellas. Sólo esta noche. Tal vez mañana nos separen rejas de barreras y caminos, enganchadas por tornillos de moral y rosca fina, pero algún día podrás dormir en el Hotel California, sin miedo a olvidarte del pasado, mientras yo lloraré en silencio, recordando aquellas tardes en la ciudad de Filadelfia.

Ten fe

El vértigo se apodera de tus venas cuando a través de una botella de cerveza medio vacía contemplas como tu mundo se va difuminando en una nube de falsas esperanzas. El miedo, como una manada de lobos, devora cada uno de tus rincones donde se esconde el poco valor que te hace sobrevivir en la fiesta continua que es tu vida, cuyo ruido no deja dormir a los vecinos de la calle de atrás. El desánimo de te mata, te bloquea, te anula... lloras, gritas, sonries... intentas ver más allá de lo que tus ojos son capaces de mirar, perdiendo la consciencia de que tal vez no sean tus ojos las mejores herramientas para la vida...
Pero mil estrellas de colores conseguirán sacarte del pozo de ceguera en el que nadas, para navegar hacia la isla que siempre deseaste visitar. Siempre tendrás la sonrisa de quien no se rinde y sigue luchando con mil puñales clavados en la nuca.... y volverás a sentir la verde caricia en la mejilla de la esperanza que te hará lanzar el pie hacia el frente, dando el siguiente paso hacia la cumbre que, seguro, conseguirás coronar.