lunes, septiembre 26, 2005

Odio despertar

Vivir atrapado en besos de hiel, tal vez nos haga aprender a ser, puñados de polvo de estrella, que se esparcen por las esquinas de nuestro corazón. Dejarnos mirar por la gente que busca en nosotros pareja ideal. Besarnos bajo los recuerdos de días que nunca tal vez volverán, torturas, misterios, te quiero y no puedo, volar hacia el suelo, reir y llorar.
La luna de plástico negro alumbra el silencio de nuestro querer escondido en secreto para que florezca entre la amistad, ese sentimiento de miedo, de ausencia, de manos prohibidas y de castidad.
Y luego me voy a mi casa, corriendo despacio para no despertar fantasmas ocultos en ojos ausentes, cuerdos y dementes, arrancando tiras de estaciones frías, vacías y plenas, hirviendo las venas en las alacenas de un cuarto hasta el techo lleno de caricias, bondades, malicias, odio despertar.

viernes, septiembre 23, 2005

Aunque sólo te escriba esta canción

La falta de tiempo me hace remover papeles en el baúl de lo olvidado....


Aunque ahora todo sea el recuerdo del ayer
Aunque la estación no sea mas que el edificio donde para el 43
Aunque isma no cante más canciones para mí
Aunque no tenga otra opción a elegir

Aunque la radio ahora lleve mensajes al por mayor
Aunque ya este obsoleto aquel oscuro rincón
Aunque ya no aparecen aquellas cartas para mí
Aunque Madrid haya optado por morir

Mi primera flor fue para ti
Un signo de amor, por un adios
Y con ella fue con la que vendí
Un trozo de alma a una gris hada que ahora perdí

Aunque solo nos veamos una vez o dos al mes
Aunque no riamos tanto ni veamos juntos el amanecer
Aunque ya no discutamos por una u otra canción
Aunque hayas acotado el corazón

Aunque no lloremos tanto a la hora de partir
Aunque no volemos juntos entre nubes y estrellas de papel
Aunque ya nuestros amigos no hablen tanto de los dos
Aunque yo sólo te escriba esta canción

domingo, septiembre 18, 2005

Esta noche y no más.

La tristeza tiene billete de vuelta en una noche que acaba a las cuatro menos diez. Cena después de una cerveza, mil amistades, pizca de amor. Una canción al otro lado, en el medio del planeta, compartida entre los dos. Limpiar mi vida de ausencia, arrancar el desafío de vivir en un vaivén. Soñar despierto que nunca me habían dicho vuelve a las diez.
Creer que aquella chica no quiere acostarse más, con uno que prefiere el beber al naufragar. Llorar a risa partida nuestras penas y alegrías en el cuartito de atrás. Hacer feliz con tan poco, algo efímero y no más; una canción y un abrazo bailando brazo con brazo con el mismo Groucho Marx.
La noche guarda alegrías en las esquinas partidas de unas horas sin cuartel, nada de odio y amargura, nada de tristeza pura, algo de esperanza rota para luego en la mañana pegarlo todo con ganas de volverlo a quebrantar.
Y al viernes noche siguiente, aquel joven tan valiente no quiere salir de casa. Dice que la luna miente al salir cual vil villano de entonces, con chapelita y bigote, que a por damas buscar. Pero la estrella del norte, anima al más humilde a tirarse a navegar; por una mar despoblada, a punto de arriesgar por la carta malpintada, la esperanza verde amarga, lo hago esta noche y no más.

viernes, septiembre 16, 2005

Y se olvidó

Escondío la esperanza entre las sábanas de su cama y pasó cuatro días en su búsqueda. Se deslizó por las cortinas de color añil tristeza rodando hasta caer de bruces con la mesilla de noche. Escaló el armario que oculta la felicidad para luego saltar al vacío arropada en cojínes azul alegría. Navegó en el mar de su lavabo para entonces bailar al mediodía entre telas de un viejo sillón arrugado.
Y entonces recordó que un día había escondido la esperanza entre lágrimas quebradas de amargura, y bajo el teléfono de pared hayó lo que arrancó de cuajo las raíces que no le dejaban marchar. Y corrió escaleras abajó en busca de un momento de frescor en la mañana. Y encontró a la esperanza sentada en las escaleras de la puerta de atrás.

domingo, septiembre 11, 2005

Mariposa

Antes que acabe esta noche quiero perderme entre el humo de las mañanas que nunca acaban para entonces no pensar en la vida ni en la muerte si no es una u otra sólo contigo. Sólo contigo triste esperanza, que me dejas asustado en el olvido. Si no es agarrado a tu cintura, a pesar de recibir triste castigo.

La vida entonces parece mariposa, que nace al mundo con un nuevo vestido. La vida entonces parece aventura, que se escapa temblorosa en un suspiro.

No me dejes dulce dama abandonado, arrojado al vacío de las sombras. No permitas que me arrastre estancado, sumergido en mirada siempre esquiva. Agárrame fuerte con cuidado, y asi siempre sentirme protegido; abrazado al compás de un buen trago, o triunfante al superar mi cruel martirio.

martes, septiembre 06, 2005

Mi refugio

Empapado por la tormenta de verano que dura todo el invierno que Quique proclama en su canción, encuentro una esquina de mi mundo para esconderme de aquello que me oprime.
Un rincón libre de humo negro de desesperanza que intenta sacarme a empujones de mi propio Yo, convirtiéndose en un auténtico oasis en el océano de lo cotidiano...
Me siento a gusto, libre, protegido, poderoso.. desde mi azotea observo, miro, comprendo... desde aquí todo huele bien...

Somos Estrellas

Cuando las gotas del rocío comienzan a despertar del sueño que las atrapa durante el día, todo parece detenerse bajo la lámpara que ilumina mis garabatos sembrados en hojas de papel reciclado. El Mundo calla, la luna escucha... serena, paciente, comprensiva... con ojos de madre, con labios de amante...
Las estrellas forman el techo de los que sólo necesitan el firmamento para guardarse del frío de este otoño que llega tímido sorteando los árboles desnudos de mi azotea... la brisa de media noche intenta engañarme a participar en un juego seductor al compás de los grillos... las pisadas de los que aún llegan a su casa retumban en las paredes de la ciudad que calla después de voces y lamentos...
Somos gatos de cuello largo dispuestos a ver el mar. Somos harina de la noche que nos invita a soñar. Somos guerreros preparados para la batalla final. Somos polvo de estrellas que no se apagarán jamás...