lunes, febrero 28, 2005

feas costumbres

Tenemos la fea costumbre de estar todo el día respirando. Cada segundo una bocanada de aire, millones de moléculas de nitrógeno cayendo por la garganta mezcladas con alguna tímida pareja de átomos de oxígeno con el único propósito de mantener el motor de nuestros cuerpos que, en realidad, no dejan de ser los vehículos de nuestras vidas.
Qué triste ser tan poquita cosa, simples máquinas corpóreas atadas a unas estrictas condiciones de funcionamiento, limitadas por temperatura, humedad, concentración de oxígeno... limitadas por el egoísmo, el individualismo, el ser uno mismo y su ombligo el eje del universo... Qué triste... o qué bueno... gracias a nuestras limitaciones nos encontramos con nuestras superaciones personales; poquitas cosas, pequeñas anécdotas que nos certifican día a día eso de "querer es poder", simples tonterías que nos hacen gritar a los cuatro vientos lo inmensamente capaces de luchar, de vivir, de trabajar, de amar, de denunciar, de mejorar que podemos ser.
Y cada día nos levantaremos con nuevos retos, con nuevos proyectos. Y cada noche nos iremos a la cama pensando en todo lo que hemos hecho para conseguir este u otro fin, para ser mejores por dentro y por fuera, hacia dentro y hacia fuera...
Tal vez las feas costumbres oculten el auténtico valor de nuestras personas.

jueves, febrero 24, 2005

Alfileres

Posiblemente las alfileres oxidadas que salen de mis dedos nunca conseguirán clavarse en tus entrañas para navegar por tus venas hasta un corazón cansado de polvos instantáneos; pero aún así me atrevo a escupir la verdadera historia del naufragio de esa barcaza cargada de esperanzas en el océano de mil lágrimas anochecidas.
Mil tardes lloraré al ver tus fotos abrazada a cualquier trovador de corto y rastro, a cualquier capitán de barcos de cuento, a cualquier sapo maldecido con una vida de burgués príncipe deportivo. Mil noches me odiaré por amar a la bruja del cuento, a la fulana que se vende al mejor postor en el mercado de los "dimes y diretes", a la niña consentida ignorante de la historia en la que vive. Y mil mañanas llegarán acordándome de aquella vez que pude ver tu cariño a los pies de la cama alquilada en un motel de la zona este de Filadelfia.
Y quizás pueda convencer a mi alma raída por el sol del atardecer, que tal vez no seas más que papel mojado por las propias gotas del rocío, picoteado por los gorriones que alegran la mañana del que nada espera de su vida, papel que usado ya no interesa y termina sus días para reciclar, para crear nuevas cuartillas donde escribir la historia de un caminante esperanzado y de su amiga la eternidad.

martes, febrero 22, 2005

Lo reconozco

Sí, lo reconozco, te quiero. Sí, lo reconozco, me acuerdo de tí. Sí, lo reconozco, tal vez yo no sea el prototipo ideal de amante pasado y hermano futuro. Sí, lo reconozco, en ocasiones me siento tentado por esos labios que un día fueron míos. Sí, lo reconozco, tal vez sea demasiado egoísta para verte crecer.

Me entristezco cada vez que tu te enfadas por cualquier vocal desencajada en alguno de los rótulos de neón que alumbran en la noche de mi ciudad. Me enfurezco cada vez que aquel del que nunca me fié te hace llorar por cualquier falso beso arropado por la mirada de la luna que nunca nos verá enamorarnos. Fantaseo contigo en las noches en que me falta la caricia de turno que me haga aguantar un día más. Sonrío al verte esperandome como abuela piadosa a misa de una...

E intento arrancarte una sonrisa mojada en lágrimas secas por medio de cuatro palabras escondidas en el fondo de un cajón. Y te repito que siempre serás única en mi vida, aunque ahorre mil palabras hacia ti. Y cuento los días para verte, y poner en juego nuestras vidas, desafiando al destino otra vez.

lunes, febrero 21, 2005

Prefiero mi Vida

Antesdeayer el cardiólogo me recetó algún tipo de droga relajante, estimulante, neoalienante... Volvió a insistir en la calma y el sosiego, en fijar bases, en estabilizarme... volvió a insistir en conformarme, en dejar de enamorarme cada semana de una mujer distinta... en descargar pasiones, abandonar vuelos premeditados y alevósicos...
Pero no pude, esparcí las pastillas en la alfombra soñando que eran flores en mi finca florida de Filadelfia, casas desperdigadas en nuestra ciudad del "para siempre nunca más", botones que controlan los movimientos cansados de mi corazón....
Y me atreví a soñar, a reírme de los cuentos malos del político de turno, a viajar por un sur sin muerte ni guerra, a gozar con los besos que nunca me diste y que (posiblemente) nunca me darás...Desafié a la razón y a la paranoia, fui real y soñador, lloré de alegría y me reí de dolor, dejé de enamorarme compulsivamente, me olvidé del otro y me acordé de mí...
Y he muerto, y he resucitado, y he comprendido que la vida que merece la pena es la que lleva a la muerte, y que la muerte que deseo es aquella que pone fin a una vida merecedora de ser vivida... y he planeado por la ciudad, he sonreido a esa abuela que cada día da de comer a las palomas, he reído con el vendedor de periódicos, me he emocionado con la aventura de amor de mi vecina, he acompañado a Manuel en sus ratos de espera a la nada en el parque...
Y he vuelto a Filadelfia, he arrancado las flores de mi campo y he optado por una vida pura, real, soñadora, apasionada, libre, auténtica, de entrega, de risas, de lágrimas... de amor.

lunes, febrero 14, 2005

Nunca más

Son una panda de simples. Reducen todo al amor, a estar enamorado... Simples... más que simples... ¡ Y encima suponen que todo lo que me pasa por la cabeza es por "mal de amor"!... Escuchenme, yo sufro por ustedes, yo muero por este sistema que intentan imponernos, por el odio que generan sus corazones sedientos de poder, de dinero... Desde hoy no quiero saber nada de ustedes, me voy, sí, huyo... desaparezco, me olvido de todo lo que me han hecho pasar...
A partir de este momento no seré más que el polvo que mancha sus zapatos, que el aire que les envuelve en cada una de sus mañanas taciturnas... Pero óiganme y no se olviden, no se olviden que no será tan fácil arrancar mis ladridos de sus conciencias liberales, de sus morales del libre albedrío.. les gritaré en el susurro del viento a la hora de la siesta, les arañaré en cada rayo de luz frágil en la tarde, les golpearé en cada gota de lluvia de primavera...
Desde hoy les odiaré, me temerán, les destruiré... poco a poco, con azotes tímidos a su estructura de cimientos de hojalata... les derribaré, y acompañado de un ejército de mariposas conseguiré su rendición, temeran por sus almas, llorarán y suplicarán perdón... tal vez entonces sea demasiado tarde.

jueves, febrero 10, 2005

Ahora

Y mientras, miro en solitario como se derrumban los ladrillos de la casa en la que un día soñé con despertar a tu lado mientras me susurras lo mucho que me amas en un soplo de aire matutino. Sonriendo, maldigo los segundos que desaproveche por puro egoismo generoso, por pura falsa honestidad, por tantos besos atrapados en la red de nitrógeno que me separa del mundo real.
Y lloro, y me compadezco, y me doy asco y envidia a la vez, y me dan ganas de envolver mi vida en papel de estraza y lanzarla de carnaza a los perros que vagan por esta ciudad que me ahoga de recuerdos. Y tengo miedo, tengo miedo a que lo haya olvidado todo, miedo a seguir siendo la pieza que no encaja en este puzzle en forma de trofeo de feria, miedo a ser mal actor de una comedia escrita para tontos.
Y escribo, y escupo, y balbuceo... y pienso en la gente que me quiere, en la que odio, en la que desprecio... en la que se vende en palabras adornadas con flores de invierno que se mueren al chocar con los primeros rayos de la primavera. Y respiro, y cierro los ojos, y pienso, y pienso que nada va a cambiar si sigo aquí, mirando un puñado de ladrillos, hablando en pretérito, perfecto y simple, al anochecer.

jueves, febrero 03, 2005

Ella

Era la más hermosa del lugar. Siempre sabía que vestido ponerse en cada ocasión. Rojo, amarillo, naranja para la primavera; algo tostado para el verano; el marrón venía muy bien en el otoño y en el invierno se recogía en mantos blancos, inmaculados. Decían que era sabia, que todo lo que hacía tenía un porqué, que nada era dejado al azar. Y la llamaban madre, porque amaba con toda su alma a todos sus hijos, a todas sus hijas...

Pero un día llegó el hombre e intentó controlarla. Puso freno a su libertad, la golpeaba y violaba, se sentía sucia, lloraba... Intentó defenderse pero sólo ganaba pequeñas batallas y terminó volviéndose loca, incontrolada, agresiva incluso con sus criaturas....

La llamaban Naturaleza

miércoles, febrero 02, 2005

años...

Cinco años a la vista para estudiar una carrera resultan un siglo para aquel que no pretende morir un uno de octubre para resucitar el 7 de julio con la edad engrosada por el tiempo. En ocasiones me pregunto, ¿cuál es la clave del éxito?, y pronto me respondo, la entrega... Pero ¿Qué sucede cuando uno no tiene intención de alejarse de lo que le interesa, de olvidar que es enamorarse, de olvidar causas por las que luchas, de cerrar las puertas al que sufre, de dejar de ser persona mientras se sumerge en la historia, las ciencias, las leyes o los nuevos métodos de cartografía?

¿De véras estamos formándonos o simplemente
metemos datos en nuestras (limitadas) cabezas?