martes, enero 29, 2008

Hay final

Grano a grano y al desierto, arrastre hondo en la soledad clavada a las plantas de los pies y a las nucas frías. Hastío medular insostenible, arco reflejo. Sin ojos lindos ni sopa caliente. Sin colas rebeldes sin reino ni beneficio. Sin proyecto conjunto arrancado por cuervos a media luz y media niña.

No hay lugar para el alma caliente y el corazón salvaje en el desierto particular de mis noches, en el océano de mis días. Palabras huecas, pruebas finales, mordaz apelativo para las horas muertas.

Calma egocentrísta en sobre y aliño de ánimo. Taza de sueño. Ojos al frente, ceño fruncido, pies en tierra y mandíbula tensa. Adelante. Hay final.

sábado, enero 26, 2008

Miserias

Se quebrará tu alma en dos pedazos. Arderán tus ojos en lágrima ácida. Amargura será el apellido de tus noches. Ausente estará la ilusión manirrota, en forma de sonrisa y falda breve, en forma de inmemoriable excusa, en forma de "perdona si es que puedes".

De odio arrancarán tristes tus sueños. No es sencillo amar sin ser querido. Morirás vivo, en viva muerte. Sentado te hallarás, viejo y perdido.

Hombro a hombro, cara a cara, cuerpo a cuerpo. Estarán tus compañeros de camino. Y encontrarás bajo estas malas rimas, palabras malsonantes y algún hilo, que reúna las palabras ya olvidadas, que demuestre que un ojo es buen castigo, para aquel que mira más de lo que puede, para quien cree realidad sus mil castillos.

Cortarán de cuajo los minutos, y los días se caerán del calendario.
Esperpento de la vida y cajas llenas, de recuerdos a olvidar nunca olvidados,
de palabras a escribir jamás escritas, de miradas a lanzar que nunca vimos,
de mujeres para amar que nunca amamos,
tal vez por no compartir palabra,
por no entrelazar mirada,
por siempre olvidar su nombre,
o tal vez porque entre las sombras, los perfumes,
se mezclan con la vida, que es bien puta,
que enamora con el roce de sus días,
que nos mata con adioses de sus lunas.

[i]Ojalá estas palabras nunca suenen, ojalá estas miserias queden frías[/i]

lunes, enero 21, 2008

Fuerza

Siempre me sorprendió la resistencia atemporal de los viejos monumentos... resistencia callada, resistencia atípica, resistencia sin reconocimiento, resistencia sin futuro, resistencia firme, insulsa resistencia... resistencia pura...

Los aficionados a la aguja y la equitación utilizan formas perfectas con la misma certeza de que los solteros con causa arrancan en algunas noches estrellas con fin alevósico de pegarlas en paladares ajenos llenos de ojos lindos y curvas silvestres. Las gitanas lindas se esconden en baños ajenos saltando baldosas y arrancando miradas furtivas.

Los chéveres benditos en ocasiones liman asperezas de articulaciones reumáticas por el tiempo y la rutina embelesada con palabras lindas de maestros de la caja y el dinero. Energía llena en botes pequeños, fuerza renovada en alma y cuello fresco, domingos que parecen viernes, descoloque temporal en pruebas que aún no sucedieron, mañanas de sol frío en sonrisas llenas de garabatos épicos.

Que no falten proyectos, abrazos, sonrisas, chistes, vulgaridad en lata, sopas ruidosas, gritos en la noche. Que no falten palabras destonadas, inocencia bendita, mapas ocultos, fortunas de juego. Que no falte el cariño, que no falte.

sábado, enero 19, 2008

Juegos

Y mientras, pelotas flotantes vuelan con los primeros rayos de luz de las farolas.

Ella lazo rosa, jersey gris el caballero.

Lanzamiento y gol, con calendario instrumento de delirios.

 Sonrisa de repente, voz en grito.

Las cuclillas nunca fueron tan inocentes.

Capucha a la espalda él, falda ella de cuadros.

Autobús que no llega entre segundos disfrute.

Lanzamiento y gol, tal vez nadie gane, quizás mañana…

miércoles, enero 16, 2008

En las últimas lunas

En las últimas lunas los días se caen del calendario, raídos por falta de cuajo y rutina en doble dosis.
En la últimas lunas, las mujeres de los cuentos se empeñan en papel protagonista.
En las últimas lunas las horas duran menos que un suspiro en boca ajena, que un guiño en ojos lindos.
En las últimas lunas se difuminan los caminos y las estrellas perdieron puntas.
En las últimas lunas las cabezas estallan al compás de maltrechos sollozos de tristeza en sacos de miserias.
En las últimas lunas, los soles se ponen las botas.
En las últimas lunas sueño no es lo mismo que soñar ni labio lo mismo que deseo.
En las últimas lunas las luces pasan.
En las últimas lunas los corazones huyen y las almas cierran por derribo.

martes, enero 15, 2008

Uno mismo

Tengo un billete de un viaje que aún deseo. Vibra el oído ante las
desgracias ajenas. Tengo unas llaves que siempre pierdo, ante la
necesidad de aventura y grandes deudas.

Duele el portazo a la espalda, ante diarios en blanco y sartenes
arriba. Vivir ya es buen secreto en estos días, en que amores en
extinción caminan lentos, atrapados en rutina y falsa hombría.

Tal vez la voz del solista sea más fina, que la mejor de la peor de
las tormentas. Extraños especímenes los raros, con carnet de loco
autoenmaorado de castigadores en presiones selectivas.

A pescado huele el alma y el pasado, entre rayas de nieve a
cuentagotas. Arboledas marchitas, lenguas afuera, al compás de acordes
en salitre y justicia social de manirrotos.

Quien quiera que lo pregunte, dijo un sabio. Que mis días son mejor
que mil veranos. Pues probar tal vez no sea tan malo. Pues matar tal
vez sea un grave exceso. Pues el sexo siempre es sexo y borracho, uno
puede lo que siempre no ha podido. Y la hierba es un buen vicio, tal
vez sano, comparado con locuras por destino, y los vasos son valientes
consejeros, con torpezas delincuentes sinsentido.

Trincheras somnolientas

Cuando los músicos frustrados rasgan acordes rotos, las melodías
arrancan telarañas de los corazones raídos por el tiempo, con méritos
propios para el club de la misantropía

Y al cerrar los días dadivosos, los finales podrían ser mejores,
rematados por tardes homicidas en las semanas de dos domingos y uno
doble, que secuestran la ilusión y el verde vida, de funambulistas en
cuerdas de violines sordos.

Despedidas de cristal que quitan puntos a los ánimos perdidos en
enero. Las sonrisas corren riesgo de apagarse, y los ojos lindos son
buena diana, de cacos sinsentido y sinvergüenza, pues a altas horas
madrugada, todo queda en poco más que unas miserias, ante necio
observador de tramontana, ante joven escritor de pluma vieja.

Y las camas no son una, sino ambas. Respectivas trincheras
somnolientas. Donde todo, al final, sigue su curso. Donde todo al
final se recompensa.

lunes, enero 14, 2008

En las últimas horas

En las últimas horas capicúa, las palabras olvidadas de las voces
calcinadas y entrópicas alcanzaron las córneas artríticas de los
viajeros de metro en superficie.

Los no-informados encontraron la excusa insana en las últimas fechas
programadas para vuelos baratos y noches cargadas de bodegas vacías y
mentes rotas.

Las obsesionadas con las atenciones hartaron a los buscadores de
portales húmedos, cansados de jugar a enamorados con la certeza de que
los huecos de cama ya se llenaron.

En la isla, del azul particular de mis noches, del frío de invierno de
las primaveras rotas, de las formas de humo oscuras y los recuerdos
perdidos.... Los días parecen más largos y las noches eternas...

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.

Ángel González

Pero nos quedan sus palabras...

jueves, enero 03, 2008

Sucede

Sucede que el domingo huele a eterno.
Sucede que hace tiempo que no lloro.
Sucede que las yemas son sensibles a palabras inocentes santidades.
Sucede que el rencor por tiempos pasados marchitos es mayor que un invierno seco de soledad al contado.

Sucede que acaricio labios que no encuentro.
Sucede que escribir ya no es un juego.
Sucede que me hieren tonterias.
Sucede que dos es más que uno.
Sucede que escucho canciones que hace tiempo que ignoraba.
Sucede que cucharadas de alma se escapan por redundancias de adulterio.