miércoles, agosto 31, 2005

Personajes II: La niña de La Noche

A menudo me da por pensar qué sería mi vida si no hubiéra pasado todo.
El sol ya no brillaba con toda su fuerza sobre Orima. Toda la ciudad parecía empezar a deshacerse de toallas y bañadores para prepararse para la vida nocturna. Era demasiado tarde para acercarse a la playa y demasiado pronto para cenar así que decidí bajar al paseo a revolotear entre puestos de pulseras y vendedores ambulantes de golosinas. Aún me dolía la cabeza, la noche anterior había sido la última de los cinco días durmiendo de diez a seis de la tarde en aquella ciudad donde parecía que siempre era buen momento para la fiesta. Me venían vagos recuerdos de mi amiga Montse dándoselo con el morenazo del camarero del Bahía, pero todo era lo suficientemente confuso para no preocuparme demasiado de ordenar mis pensamientos; no obstante, el moreno ya llevaba un par de noches detrás de ella, incluso nos había invitado a varias rondas el martes, después de que casi no pudieramos entrar en el bar por nuestra "no-mayoría" de edad.
Bajé la calle hasta la zona del puerto. Aún no habían puesto todos los tenderetes y los vendedores, mezcla de Bob Marley y Jesucristo Superestar, aprovechaban sus últimos minutos de relax antes de que abuelas en busca de baratijas y niñas caprichosas abordaran sus puestos. Me entretuve un momento observando cómo las gaviotas hacían buena cuenta de la basura que se amontonaba en un rincón escondido cuando apareció Mauro, un chico gallego que conocimos el primer año que fuimos a Orima de vacaciones.
- ¿Ya ha amanecido Bella Durmiente?
- Serás imbécil - le contesté - No se que coño me disteis ayer que no me acuerdo de nada de lo que pasó después de las cuatro.
- A mi no me mirés, yo a las tres ya estaba en mi casita que algunos madrugamos, no como otras... - puso una sonrisa burlona como esperando una respuesta que sabía no iba a llegar - Bueno, voy a dejarte, os vere esta noche por ahí ¿no?-
- Ya veremos - le contesté con un simulado poco entusiasmo - Hasta luego -
Me encantaba la noche, y aún sigue fascinandome. Es como si todo fuera diferente, sin normas, sin control... me siento liberada, capaz de cualquier cosa. Tal vez por ello, me había pasado diez días en una maravillosa ciudad costera y sólo había ido tres o cuatro tardes a la playa, y eso obligada por Mercedes. Mercedes es la novia de mi padre, llevan cinco años juntos, aunque exceptuando las vacaciones estivales, no viven en la misma casa. Yo creo que acabarán por casarse, seguro que a mamá no le importa, dicen que desde allá arriba nada te molesta. Es algo más joven que mi padre, y bastante agradable conmigo. Es separada, sin hijos, creo que trabaja en alguna empresa de publicidad porque escuché decir a mi padre que se conocieron en unas jornadas o algo asi y entre marketing y anuncios surgió el amor.
Mi padre tiene cincuenta años recien cumplidos. Es diseñador de logotipos aunque siempre soñó dedicarse a la pintura. Antes pintaba casi todos los días, tanto que teníamos que regalar sus cuadros a todos los familiares y amigos que pasaban por casa, pero desde que murió mamá ya no pinta tanto. Me quiere muchisímo, me permite ser protagonista de mi vida, ser yo la que decida qué hacer o no hacer... aunque a veces siento que prefiere estar con Mercedes que conmigo...
A menudo me da por pensar qué sería mi vida si no hubiéra pasado todo.

sábado, agosto 20, 2005

Cómo...

Cómo decirte que el reloj de mi mesita se detiene cuando tú estás entre mis sábanas. Cómo decirte que lo negro es blanco cuando tú estas cerca, que se me escapan las sonrisas al hundirme en la melodía del fondo de tus ojos.

Cómo explicarte que me muero siempre que nos despedimos, que no puedo abrazarte sin dar explicaciones, que te veo abrazada a cualquier ladrón de poca monta y gafas gruesas. Cómo explicarte que no puedo aferrarme a tus mejillas, que no quiero que te ates a mis brazos, que prefiero que huyas lejos sin motivo.

Cómo hacerte sentir lo que yo siento aún sabiendas que tal vez no quieras decidirte por un camino de piedras incandescentes y ramas vacías. Cómo tocarte sin sentirme complice de la culpa y la envidia. Cómo invitarte a soñar por unas horas sin tener que recurrir a la mentira de paseos atrapados por la luna.

martes, agosto 16, 2005

Quererse

Las formas de amar son infinitas, como infinitas son las formas de sentirse amado. Lo importante no es la cajita, que puede estar envuelta con un brillante papel de colores o con un sucio papel de estraza... lo importante es lo que oculta, lo que esconde en su interior... El problema comienza cuando no sabemos como abrir esa cajita, que sabemos ciertamente que oculta algo maravilloso, para sacarlo y mostrarlo a los demás...
Entonces, cometemos errores. Mentimos y decimos que no es tan importante lo que esconde nuestro regalo, exageramos diciendo que es tan grande lo que se encuentra dentro que no puede salir, atrapado por las paredes del envoltorio... Forzamos y sacamos solamente una parte, dando falsas formas e impresiones de lo que realmente existe... o incluso, por las prisas de entregarlo a su destinatario, lo rompemos en trocitos...
Lo más importante es ser calmado, con cuidadito, desenvolviendo cada una de las hojas del envoltorio, despacio... y luego entregarlo, intentando no estropearlo... y quien lo recibe debe alegrarse por ello, no pretender tener otro regalo diferente, porque cada uno es el mejor a su manera...
En ocasiones preferiríamos un regalo diferente, uno más grande, o más chico; de una u otra forma o color... pero debemos recordar que nuestro regalo es único, exclusivo para nosotros, y debemos mimarlo, cuidarlo y sobre todo, sentirlo en lo más hondo de nuestro corazón...
"No es que quiera que me quieras como yo te quiero; no es que quieras que yo te quiera como tu me quieres; tal vez es que queramos querernos como nos queríamos antes; tal vez que no queramos querernos como nos queremos; o tal vez que querernos sea algo que quisieramos no querer"

Martes o Domingo

Hoy es martes en el calendario, pero domingo dentro de mi.. esta sensanción de cansancion, de triste espera a un nuevo día... afuera está lloviendo, los coches pasan con el sonido inconfundible de los charcos.. un trueno... un niño llora en la casa de al lado asustado... seguro que su mamá lo aprieta fuerte contra su pecho hasta que deje de llorar... otro trueno... coches y más coches... un loco en una moto creyéndose que mi calle es el circuito del jarama... silencio... alguien grita desde una ventana, recordándole a un niño que no se olvide del paraguas... alguien pasa corriendo, tal vez no le guste mojarse bajo la lluvia, se mete en un coche y arranca rápido... trueno... un autobús pasa sin detenerse.. tal vez allá vaya alguien conocido, tal vez un auténtico aventurero en busca de nuevas historias que contar... el tren, rápido... se cierran las barreras y se detiene el tráfico... cuando pasa todo vuelve a la normalidad... ya no llueve, al menos en la calle... ¿es martes? no lo creo... seguro que es domingo...

Papel de Estraza

Después de kilómetros derrochados por momentos de gloria, las estaciones se vuelven amargas al empujarnos a pensar en nuestras vidas. El deseo de cambiar nuestros corazones no es suficiente para ejecutarnos y arrojarnos al vacío del que nada piensa y nada siente, que inunda la corteza de nuestras almas tostadas por el sol de medianoche.
Cuatro puñaladas en el costado no son suficiente castigo para mi culpa aliñada con lágrimas prendadas de alevósica premeditación. Provocar que llegues a pensar que todo en mí ya es algo muerto es puñal de doble filo para mi existencia marchita por el otoño de un agosto que parece ir descomponiéndose. Producir dos sueños de madrugada, atrapados en besos de culpa y abrazos de desesperación son motivo de trabajo para mi razón olvidada entre las sábanas de mi cama. Envolverme en un amor en minúscula es suficiente aliento para alimentarme de cianuro de la desesperanza, asqueado por mi propia percepción de mi mismo.
Palabras agregadas sin sentido pueden ser a veces lágrimas amargas que se estrellan en papel de estraza que envuelve el paquete donde guardo los porqués de mi vivir.

martes, agosto 09, 2005

Besos a los 16

Tras las notas arrancadas al grupo de moda, lágrimas amargas de tristeza y desesperanza quedan atrapadas en sus mejillas, que contradijeron a la adolescencia imaginando una historia de amor a través de las montañas que separan sus mundos inmersos en la melodia de una canción que se repite mil veces, siendo la única forma de no olvidarse jamás.
Se atrevió a tentar al corazón, a besar sin cariño, se atrevió a jugar con su vida y se quedó prendado.. ahora llora, mira a las mismas estrellas que ella mira, y juntos, separados por cientos de espinas en forma de kilómetro, sueñan el momento de volverse a ver en el paraíso donde se conocieron, y allí, entre caricias, volver a quererse tal como son.