viernes, noviembre 19, 2004

Vencido

Lo jodido es que no te quiero. Que te miro y eres como una chica como las demás… quizás más linda, con un ligero brillo en los ojos casi imperceptible… nada más… Casi no te conozco, me eres extraña, aunque hayamos quemado miles de horas hablando sin parar. Para mí eres la chica con la que sólo un estúpido querría algo serio… Pero me duele, me muero por dentro cada vez que él te besa. Lloro en la noche cuando te vas, dejándome en la compañía de una cerveza en la trastienda de cualquier estercolero. Y te vas sonriendo, mañana nos vemos, me dices…

Y el te escribirá versos con toda su alma. Follaréis lo que queda de noche hasta que el sol te advierta de que tienes que llegar a casa antes de desayunar. Te sentirás afortunada, libre, realizada…quizás la princesa que un día soñaste ser…

Pero te diré algo. Cuando todo se desmorone para siempre. Cuando los años pasen y cualquier cabrón se aproveche de tu suerte. Cuando propia vida se vuelva contra ti y te sientas vacía y sola…Yo seguiré siendo el mismo de siempre, el uno entre todos los ceros, el perro verde de las canciones de Marea, el caballero que se retira de una batalla en la que, en ocasiones, vale más la pena ser el vencido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo jodido es q yo tampoco te quiero, aunque a veces te miro y...qué se yo, algo lo borra todo cuando tu apareces. Tu mirada, tu pelo, tus manos…me dejan sin defensas. Pero siempre hay alguna reacción que no comprendo, y los 2 nos empeñamos en decir que hemos cambiado, aunque creo que en el fondo somos los de siempre. Lloro cuando te recuerdo y me tengo q hacer a la idea de que no estás, ni estarás, porque para ti soy la chica con la que sólo un estupido querría algo serio…me conoces tan poco… Y me voy, sonriendo, intentando dejarte atrás sin demasiados aspavientos. Mañana nos vemos, me contestas...
Y encontrás a esa chica que te acompañe allá donde vayas, que te entienda, según tu, mejor que yo. Y follaréis. Y será ella la q te bese los domingos por la mañana. Y tu pregonarás aquello de que nunca te has enamorado hasta entonces, que nunca has sido tan feliz. Y yo haré que me lo creo mientras me muero por dentro cada vez que tu la beses.

Pero ¿sabes que? Que te vaya bonito, con tus discos de Marea, y siendo el uno entre los ceros. Que yo no te necesito. Eso me dicen. Eso me digo. Porque no has luchado conmigo por esto, porque te has rendido demasiado pronto y te has dejado vencer. Porque olvidaste que “la cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes”.