Y cruzó la esquina, buscando la boca de metro de al fondo a la derecha.
Y cruzó la esquina, esperando que le tocara la espalda un "no creías que iba a dejarte marchar".
Y cruzó la esquina, y los celos le mordían los tobillos.
Y cruzó la esquina, y pensó que lo mejor es renunciar.
Y cruzó la esquina, planteó tirarse hacia lo fácil.
Y cruzó la esquina, y las lágrimas ahogaban su ansiedad.
Y cruzó la esquina, las estrellas se apagaron a su paso.
Y cruzó la esquina, y rezó por ya no verla, nunca más.
2 comentarios:
Y una parte de él se negó a cruzar la esquina, se negó a no verla nunca más...
Un saludo!
Y, sin embargo, estaba seguro de que nunca debió cruzar aquella esquina...
Tal vez aún estuviese a tiempo de regresar sobre sus pasos...
Un abrazo, amigo.
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