martes, noviembre 01, 2005

Teoría de los vacíos

Todos tenemos el corazón en compartimentos. Cada uno de esos huecos en el corazón se destina a cada sentimiento que pasa por él, de modo que hay un espacio para el afecto familiar, para el orgullo personal, para la sensación de éxito, para el amor complice de pareja...
Lo curioso es que no somos conscientes de que alguno de esos huecos está vacío hasta que después de un tiempo repleto, se vacía de repente. El vacío repentino causa dolor, un desgarro de entrañas en lo más hondo de nosotros mismos. Ante tal situacion de vacío podemos colocarnos desde diferentes posturas.
Podemos intentar llenarlo de sentimientos que no corresponden a ese hueco, de modo que si el hueco vacío es el del amor complice de pareja, podemos llenarlo de amor erótico, solución sólo temporal, ya que probablemente al poco tiempo sentiremos de nuevo el dolor del vacío repentino.
Podemos hacerlo chico, rellenando los huecos de alrededor. Podemos llenar hasta su resistencia el hueco de la amistad, del orgullo, de la autosuperación... para que al ensancharse reduzcan al límite el espacio del hueco vacío.
O podemos tener valor, afrontar nuestro vacío parcial, nuestro dolor... el vacío nos hace ser conscienes de nuestra fragilidad como personas, tras la plenitud, los huecos nos hacen valorar los rellenos, de forma que desde nuestras miserias seremos fuertes...

1 comentario:

Alvaro Bode dijo...

... nunca sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos...

Toca rellenar vacíos y mantenerlos llenos...

Un saludo ;)