domingo, enero 21, 2007

Vallas

Cada una de las gotas que se estrellan en la acera del portal de las bienaventuranzas, es una promesa incumplida a los ojos del silencio. Las manos crispadas y la nuca fría, fue todo lo que necesitó para decir adios a los colmillos viciosos de la soledad..
Los sueños ya serán eternos y cada mañana habrá bollos dulces y leche freca. No más peleas absudas por las baldosas de siempre. La existencia volverá en forma de nombre y apellidos de latón en granito gris de las películas, caja estrecha, pino o roble, un par de rosas y un clavel...
Las mujeres ya entrarán tranquilas y los hombres no se mancharan las botas. Los niños no tendrán qué saltar cada mañana y los perros no ladrarán a la noche...
Las vallas de la verguenza también existen en este lado del sinsentido...

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