lunes, septiembre 11, 2006

A menos cuarto

Nunca creí en depresiones, más bien en tristezas del alma. Tal vez por ello ahora, cuando la tristeza no se ve por su tamaño, cuando todo sobrepasa lo real, ahora, no lo tengo claro.

Acá espero callado sentado en el bordillo, no reacciono, no me inmuto... bloqueado... sí... o desencajado en exceso...

Bajo la cama, supongo, habrá rodado el sentido de las palabras, que no es otro que el porqué de no saltar por la ventana y echar a volar hasta más allá de donde nadie en su sano juicio habrá pensado ir nunca. Y digo supongo, y entre comas, porque día a día se oscurece todo lo que parecia claro y reluciente... sepulcros blanqueados dicen algunos...

Me perdería, o me "enzularía" que está de moda, pero no tendría tan claro lo de salir algún día... Es posible que ALLÁ nadie me encuentre... tal vez el atrevimiento de pasarme por ALLÁ haya sido demasiado, y esté pasando factura...

O tal vez la solución no sea esconderse, sino encontrarse... y es posible que esto no sea más que un tránsito momentáneo de menos cuarto. Iré al doctor, que me recete algo... cerveza, o viajes o un buen revolcón en la calle de atrás (que hace tiempo que no visito)... algo que me haga simple... algo que me haga "otro"... algo que me convierta en "yo"...

Nunca creí en depresiones, más bien en tristezas del alma. Tal vez por ello ahora, cuando la tristeza no se ve por su tamaño, cuando todo sobrepasa lo real, ahora, no lo tengo claro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Déjate llevar por el viento de Septiembre... hasta más allá de donde tu puedas imaginar... igual así es cómo encuentras...

Alvaro Bode dijo...

Para las tristezas del alma, lo mejor... viaje con risas, amigos, cervezas y... bueno... el revolcón... enfin se hará lo que se pueda ;)

Un abrazo!!