sábado, mayo 23, 2009

Caída

En la caída libre de las noches de primavera con gota, cuestionar la mera vida es deporte de riesgo para atletas de baldosas tibias.
Añoranza marchita de pocas horas de ausencia de sonrisas tranquilas de aquellas que conseguían detener el segundero del viento.
Aferrarse a ramas nuevas, para que el golpe sea más chico, tal vez, pero qué lindo perderse en nucas en bandeja y mordisco raudo.

Soñar con vos, tal vez obsesivo.
Dormir con vos, siempre menos de lo deseado.
Llorar convos, ciertamente más que de costumbre
Reír con vos, como caída eterna en la noche oscura

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