sábado, diciembre 23, 2006

Atrapar

La sonrisa, que a la vuelta de la esquina se convierte en beso, que logra detener el segundero del silencio, me atrapó una noche.

Los ambientes, enmarcados en lo libre y albedrío, que me hundieron en sofá de trapo y polvo, que exaltaron lo feliz de un "no-destino", me empujaron a explorar antros y ruinas, a marchar por virtudes de tiniebla, a olvidarme por un rato del camino que me agobia, que me oculta y que me hiela.

Y tus ojos, rodeados de "ya es tarde, mas me quedo", de avenidas hacia el tren que nos despierta, de caricias escondidas en los dedos; tus ojos que me hablan de lo extraño, de lo etéreo, de las ganas de mentirte que te quiero, de fingir para esta noche, de comprarse huardillas en los árboles, de volar, de que todo se detiene a nuestro paso, de que estaré más tranquilo en tu regazo, de que vuelo, de que voy, de que sueño, de que estoy...

Y vuelves, y me atrapas, o te atrapo.

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