jueves, febrero 09, 2006

Querido Capital

Aprender a sufrir no es sencillo cuando te crees en la cima, cuando vives en un juego con normas a tu antojo.

En ocasiones pienso que ya es hora de destruirte, mi querido capital, o tus secuaces se enfrentaran a todo aquello que nunca imaginaron. Ya no se conforman con violar niñas, reclutar muchachos, practicar con viejos o disparar a civiles... Ahora también destruyen granjas, privatizan estanques y se burlan de creencias a modo de cómic...

Y lo más simpático, mi querido capital, es que se extrañan de no ser bien recibidos o de ser expulsados. Creo que tus seguidores han perdido el rumbo, que han enloquecido... Actúe querido capitál, elimínese, destrúyase, desaparezca antes de que sea tarde, porque tal vez entonces ya no haya tiempo para detenerlo todo, mi querido capital.

No hay comentarios: